Por Eduardo Caicedo Vizcaya.

Mission: Impossible – The Final Reckoning se estrenó el 23 de mayo de 2025 con el peso simbólico de cerrar una de las sagas más longevas del cine de acción moderno. Dirigida y escrita por Christopher McQuarrie —quien ya había estado al mando en Rogue Nation, Fallout y Dead Reckoning—, esta octava entrega no reinventa la fórmula, pero sí la honra. Es más que un capítulo final: es una declaración de fidelidad a un modelo de cine que agoniza, pero no se rinde.

Tom Cruise, una vez más, carga con la misión imposible. A sus 62 años, sigue siendo el rostro, el cuerpo y el mito de una franquicia que nunca tuvo la intención de ser coral. Más que un actor, Cruise es el motor narrativo. La saga no existe sin él. Y aunque no hay certeza absoluta de que realice cada acrobacia —como el marketing insiste en recordarnos—, el efecto es el mismo: el espectador lo cree, lo siente y responde.

La historia mantiene la estructura conocida: amenaza global, cuentas pendientes, traiciones internas y un equipo leal que acompaña al protagonista en su viaje. El reparto incluye rostros ya familiares como Ving Rhames, Simon Pegg y Hayley Atwell, junto a presencias más recientes como Esai Morales, Pom Klementieff y Angela Bassett. No todos tienen el mismo peso, pero su aparición subraya el carácter de saga que esta última entrega busca reafirmar.

Más allá de su trama, The Final Reckoning funciona como un homenaje directo a toda la saga: hay guiños visuales, ecos narrativos y decisiones de montaje que apelan a la memoria del espectador fiel. Es cine que mira hacia atrás sin perder velocidad hacia adelante.

No es una despedida definitiva, sino una pausa con sabor a cierre. Hay resolución, sí, pero también espacio para dejar la puerta entreabierta. Cruise no ha dicho adiós con palabras. Lo ha hecho, como siempre, con movimiento.

En una era de rostros intercambiables y fama algorítmica, Tom Cruise encarna una especie en vías de extinción: la última gran estrella de cine.

Y si esta es la última vez que lo vemos como Ethan Hunt, queda claro que no es él quien pertenece a la franquicia. Es la franquicia la que siempre le ha pertenecido a él.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *